Testimonio desde el interior de la Cárcel negra de la activista saharaui y presa política Aminatu Haidar
Me matareis, pero nunca conseguiréis matar a mis ideas
Detrás de las rejas de mi celda en la cárcel negra en el Aaiún ocupada, intento narrar las circunstancias de mi secuestro nocturno delante de las urgencias del hospital "Hassan ben el mehdí" y de mi tortura junto a otros activistas y compañeros, por parte de los aparatos represivos marroquíes bajo el mando directo de los torturadores:
• ABOU Hasan Ichi: comandante de las guardias urbanas de seguridad GUS.• Abdellah Abyiri: jefe de las fuerzas de intervención rápida.
• Hamid Bahri: vicegobernador del Aaiún, responsable del departamento de seguridad.
• Mustafa Maaza: vicegobernador primero del Aaiún.
• Ahmed Salim: comisario provencial de la DST (dirección de seguridad territorial).
• Bucreich Moulud: comisario de la DST.
• Bu-Aabeid El Karrab: alto responsable en la gobernación del Aaiún.
• Maati Mudrik: comandante de la seguridad marroquí en el Aaiún.
El 17 de junio de 2005, a las 19:30 hora local, estuve con un grupo de activistas Saharauis, preparando una manifestación pacífica en la avenida de Smara, con el objetivo de denunciar las flagrantes violaciones de los derechos humanos, perpetradas por los aparatos represivos marroquíes contra los ciudadanos saharauis durante las manifestaciones del 21 de mayo 2005.
De repente, las fuerzas del orden se lanzaron como perros rabiosos contra los manifestantes con toda barbarie, logrando la dispersión de la gente.
Los jefes se dirigieron hacia nosotros que estuvimos sentados, no nos preguntaron nada, simplemente empezaron a golpearnos con todas sus fuerzas, nos torturaron de manera salvaje, las heridas eran tan profundas que cada uno de nosotros se quedo tirado al suelo anegado en su sangre.
A mi, me provocaron graves fracturas en el cráneo y la espalada. Mis compañeros Lidri Husein y Fatma Ayach, sufrieron también graves fracturas en la cabeza y el resto de sus cuerpos. Todo eso sin hablar de los insultos, vejaciones, humillaciones y el trato degradante a los que nos han sometido.
Un compañero defensor de los derechos humanos (ex desaparecido); HMAD HAMMAD, se enteró de la situación, acudió con su coche y nos llevó a urgencias, se temía por nuestra situación por que hemos perdido mucha sangre y estuvimos inconscientes.
Me enteré después, que en el mismo día las fuerzas del GUS, le pararon en la calle y por venganza le torturaron sin piedad, que casi le matan. Actualmente se encuentra en un estado grave.
Durante el poco tiempo que estuve en urgencias me pusieron 10 puntos de sutura en la cabeza y cuatro en la cabeza de mi compañero Lidri, nos diagnosticaron, pero se negaron a darnos un certificado médico, ni han hecho parte de lesiones, esto mismo le ha ocurrido a todas las víctimas de la tortura de la INTIFADA, eso sin mencionar que en interior del hospital estaba repleto de policías y por fuera rodeado de fuerzas del GUS y agentes de los servicios secretos, que prohibieron la entrada a todos los saharauis que se acercaban a consolidarnos.
Al salir de urgencias sobre las 23:30 GMT, agentes de la policía judicial y miembros del GUS acompañados de sus jefes Abou Husein ICHI y Hamid Bahri, secuestraron y me llevaron a la comisaría de policía en la avenida de Smara. El día siguiente, 18/06/2005, me trasladaron a la otra comisaría que se encuentra en la calle "24 de Noviembre" y allí procedieron a mi interrogación por parte de agentes de la policía judicial, en presencia de agentes de otros cuerpos de seguridad, como la gendarmería, DST, la inteligencia militar y servicios de información.
A las 19:30 GMT del 19 de junio de 2005, me obligaron a acompañar a varios agentes de diferentes cuerpos de seguridad e inteligencia al local de nuestra asociación: la Asociación Saharaui de las Victimas de las graves violaciones de los derechos Humanos perpetradas por el estado marroquí en el Sáhara Occidental, forzaron el local, tirando la puerta abajo y confiscaron todas la pancartas, fotos y el archivo de los desaparecidos y secuestrados saharauis. Luego me interrogaron sobre todo el material confiscado y su contenido.
El 20 de junio de 2005 a las 13:00 GMT, me presentaron ante la fiscalía general del tribunal de apelación del Aaiún, bajo grandes medidas de seguridad, acordonaron la zona con un cinturón de seguridad formado por centenares de miembros del GUS.
El fiscal ordenó mi ingreso en la cárcel negra y el traspaso de mi caso el juez de instrucción, imputándome numerosas acusaciones que no tienen nada que ver con la realidad.
En presencia de mi abogado el profesor Erguibi Lehbib, no firmé las declaraciones, negué todas la acusaciones, por otro lado pedí la apertura de una investigación sobre la tortura al que fui sometida con mis compañeros y presentar una demanda contra los responsables de la misma, ver el médico forense, eso sí, sin renuncia a mi determinación de defender el derecho inalienable de mi pueblo a la Autodeterminación y la independencia de conformidad a las resoluciones de las Naciones Unidas y el Consejo de seguridad.
Actualmente, me encuentro compartiendo celda con presas comunes, en precarias condiciones sanitarias, estoy extremadamente dolorida a causa de mis profundas heridas en la cabeza y mi espalda, que ya esta operada, a nivel de la columna vertebral "L4" en el año 1992, justo después de mi liberación junto con los desaparecidos saharauis en junio de 1991. También, padezco enfermedades en el estómago y en corazón, hemorroides y reumatismo.
A pesar que he pedido en varias ocasiones la asistencia médica para curar mis heridas, la administración de la cárcel Negra, se niega a atender mis peticiones. Eso me recuerda los 3 años y medio de desaparición que he sufrido entre el 1987 y 1991.
Esta cárcel, no presenta las mínimas condiciones ni requisitos de una institución penitenciaría, como presos de opinión, no tenemos derecho a visitas diarias, radio ni lectura (prensa, periódicos….) y mucho menos a una alimentación básica, medicamentos y otras necesidades personales.
Finalmente, quisiera recordarles que soy madre de dos niños, he sido secuestrada y desaparecida el 21 de noviembre de 1987 en el Aaiún a manos de un grupo de torturadores (como: Aalabuch, Saleh Zemrag, Brahim ben Sami, Ben Hima, Esanhayi, Ehriz Aarbi, Eromi Ayad, Etaifi, Abou Hasan Ichi, Lehliui Bachir, Abd el Hak Rabii, y Mohamed El Karuani) durante la visita de la delegación técnica de las Naciones Unidas al Sahara Occidental, no pude proseguir mis estudios, y me negaron mi derecho a poseer un pasaporte durante estos 17 años.
A causa de mi determinación en defender mis opiniones y posturas políticas y mis actividades en derechos humanos, la administración marroquí cortó mi sueldo como funcionaria en la ciudad de Bujador.
El Aaiun, Carcel negra, 24.06.05
Campaña por la libertad de presos saharuis
De repente, las fuerzas del orden se lanzaron como perros rabiosos contra los manifestantes con toda barbarie, logrando la dispersión de la gente.
Los jefes se dirigieron hacia nosotros que estuvimos sentados, no nos preguntaron nada, simplemente empezaron a golpearnos con todas sus fuerzas, nos torturaron de manera salvaje, las heridas eran tan profundas que cada uno de nosotros se quedo tirado al suelo anegado en su sangre.
A mi, me provocaron graves fracturas en el cráneo y la espalada. Mis compañeros Lidri Husein y Fatma Ayach, sufrieron también graves fracturas en la cabeza y el resto de sus cuerpos. Todo eso sin hablar de los insultos, vejaciones, humillaciones y el trato degradante a los que nos han sometido.
Un compañero defensor de los derechos humanos (ex desaparecido); HMAD HAMMAD, se enteró de la situación, acudió con su coche y nos llevó a urgencias, se temía por nuestra situación por que hemos perdido mucha sangre y estuvimos inconscientes.
Me enteré después, que en el mismo día las fuerzas del GUS, le pararon en la calle y por venganza le torturaron sin piedad, que casi le matan. Actualmente se encuentra en un estado grave.
Durante el poco tiempo que estuve en urgencias me pusieron 10 puntos de sutura en la cabeza y cuatro en la cabeza de mi compañero Lidri, nos diagnosticaron, pero se negaron a darnos un certificado médico, ni han hecho parte de lesiones, esto mismo le ha ocurrido a todas las víctimas de la tortura de la INTIFADA, eso sin mencionar que en interior del hospital estaba repleto de policías y por fuera rodeado de fuerzas del GUS y agentes de los servicios secretos, que prohibieron la entrada a todos los saharauis que se acercaban a consolidarnos.
Al salir de urgencias sobre las 23:30 GMT, agentes de la policía judicial y miembros del GUS acompañados de sus jefes Abou Husein ICHI y Hamid Bahri, secuestraron y me llevaron a la comisaría de policía en la avenida de Smara. El día siguiente, 18/06/2005, me trasladaron a la otra comisaría que se encuentra en la calle "24 de Noviembre" y allí procedieron a mi interrogación por parte de agentes de la policía judicial, en presencia de agentes de otros cuerpos de seguridad, como la gendarmería, DST, la inteligencia militar y servicios de información.
A las 19:30 GMT del 19 de junio de 2005, me obligaron a acompañar a varios agentes de diferentes cuerpos de seguridad e inteligencia al local de nuestra asociación: la Asociación Saharaui de las Victimas de las graves violaciones de los derechos Humanos perpetradas por el estado marroquí en el Sáhara Occidental, forzaron el local, tirando la puerta abajo y confiscaron todas la pancartas, fotos y el archivo de los desaparecidos y secuestrados saharauis. Luego me interrogaron sobre todo el material confiscado y su contenido.
El 20 de junio de 2005 a las 13:00 GMT, me presentaron ante la fiscalía general del tribunal de apelación del Aaiún, bajo grandes medidas de seguridad, acordonaron la zona con un cinturón de seguridad formado por centenares de miembros del GUS.
El fiscal ordenó mi ingreso en la cárcel negra y el traspaso de mi caso el juez de instrucción, imputándome numerosas acusaciones que no tienen nada que ver con la realidad.
En presencia de mi abogado el profesor Erguibi Lehbib, no firmé las declaraciones, negué todas la acusaciones, por otro lado pedí la apertura de una investigación sobre la tortura al que fui sometida con mis compañeros y presentar una demanda contra los responsables de la misma, ver el médico forense, eso sí, sin renuncia a mi determinación de defender el derecho inalienable de mi pueblo a la Autodeterminación y la independencia de conformidad a las resoluciones de las Naciones Unidas y el Consejo de seguridad.
Actualmente, me encuentro compartiendo celda con presas comunes, en precarias condiciones sanitarias, estoy extremadamente dolorida a causa de mis profundas heridas en la cabeza y mi espalda, que ya esta operada, a nivel de la columna vertebral "L4" en el año 1992, justo después de mi liberación junto con los desaparecidos saharauis en junio de 1991. También, padezco enfermedades en el estómago y en corazón, hemorroides y reumatismo.
A pesar que he pedido en varias ocasiones la asistencia médica para curar mis heridas, la administración de la cárcel Negra, se niega a atender mis peticiones. Eso me recuerda los 3 años y medio de desaparición que he sufrido entre el 1987 y 1991.
Esta cárcel, no presenta las mínimas condiciones ni requisitos de una institución penitenciaría, como presos de opinión, no tenemos derecho a visitas diarias, radio ni lectura (prensa, periódicos….) y mucho menos a una alimentación básica, medicamentos y otras necesidades personales.
Finalmente, quisiera recordarles que soy madre de dos niños, he sido secuestrada y desaparecida el 21 de noviembre de 1987 en el Aaiún a manos de un grupo de torturadores (como: Aalabuch, Saleh Zemrag, Brahim ben Sami, Ben Hima, Esanhayi, Ehriz Aarbi, Eromi Ayad, Etaifi, Abou Hasan Ichi, Lehliui Bachir, Abd el Hak Rabii, y Mohamed El Karuani) durante la visita de la delegación técnica de las Naciones Unidas al Sahara Occidental, no pude proseguir mis estudios, y me negaron mi derecho a poseer un pasaporte durante estos 17 años.
A causa de mi determinación en defender mis opiniones y posturas políticas y mis actividades en derechos humanos, la administración marroquí cortó mi sueldo como funcionaria en la ciudad de Bujador.
El Aaiun, Carcel negra, 24.06.05
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